Michelle fue la primera mujer afroamericana en dirigir el Ayuntamiento de Richmond, la
capital del duodécimo estado más grande del país. Su equipo obtuvo superávits presupuestarios cada año y
ayudó a elevar la calificación de los bonos de Richmond a AA+, a sólo un tic de la calificación máxima de Wall Street.
Bajo su liderazgo en la creación de coaliciones, la ciudad construyó nuevas escuelas, invirtió en la ribera del río,
y lanzó autobuses de tránsito rápido, la mejora de transporte público más importante en un
generación. La población de Richmond creció y la ciudad comenzó la difícil tarea de enfrentar
pobreza arraigada. Este trabajo le valió a Michelle los honores de la organización proempresarial de Virginia Central.
Asociación del Gran Richmond.